Marginalidad y precios: una semana que refleja la realidad argentina

Mientras miles se movilizaron a la Plaza de Mayo para reclamar por trabajo genuino, mejores salarios y más planes; la inflación continúa creciendo y no parece haber un horizonte prometedor.

La Marcha Federal Piquetera llegó hasta la puerta de la Casa de Gobierno. (Foto: TN)

La multitudinaria movilización, que comenzó el martes, cerró con miles de manifestantes de todo el país confluyendo el jueves a la Ciudad de Buenos Aires. Las columnas de las distintas agrupaciones que participaron de la “marcha federal” llegaron hasta Plaza de Mayo, donde realizaron un acto reclamando mayores planes sociales, trabajo genuino y mejores salarios. La postal exhibió, una vez más, la fragilidad de la situación social en la Argentina.

Paradójicamente, la protesta coincidió con el día en el que el INDEC dio a conocer el IPC. Se anunció que la inflación de abril fue del 6%, llegando al 58% en los últimos 12 meses, la cifra más alta en 30 años. Además, por primera vez el gobierno del Frente de Todos muestra una tasa de inflación interanual superior al pico de la gestión de Mauricio Macri (en mayo de 2019 había alcanzado el 57,3%). La suba de los precios no cede y deteriora rápidamente el poder adquisitivo de planes, jubilaciones y salarios.

La disfuncionalidad de la economía argentina es evidente, se pone de manifiesto en los miles de manifestantes que se concentraron el jueves en Plaza de Mayo y en una tasa de inflación que se ubica muy por encima de casi todos los países del mundo. Algunos datos son especialmente un reflejo de este fracaso. El rubro que más aumentó en abril fue el de prendas de vestir y calzado (9,9% respecto al mes de marzo, y muestra una variación interanual del 73,4%, muy por arriba del nivel general). Casualmente, la industria textil es una de las más protegidas por el estado argentino. Años de protección no han servido para impulsar una industria nacional que permita competir con el mundo o, al menos, garantizar precios internos estables y accesibles.



La inflación de abril fue de 6%. El rubro que más aumentó fue calzado y vestimenta. (Foto: EFE)

Si la inflación de abril del 6% se mantuviera por el resto del año, la cifra de 2022 sería del 100%. Los más optimistas esperan que la variación de precios se reduzca en el segundo semestre del año (entre el 5% y el 4%), para que la inflación anual termine en torno al 70%. Sin embargo, los precios están ingresando en una dinámica peligrosa e incierta. Esta semana también se realizaron las audiencias para aumentar las tarifas de servicios públicos. Según lo pactado, el aumento de la factura de luz a partir de junio será del 16,5% para los usuarios residenciales que no tengan tarifa social. En tanto, para los grandes usuarios industriales habrá subas de hasta el 73%. Con este panorama por delante, difícilmente alguien se anime a garantizar que la desaceleración de los precios sea la que espera el gobierno.

Para conocer mejor el humor social, D’Alessio IROL – Berensztein acaba de realizar un sondeo de opinión pública (al cual ya nos referimos el sábado pasado) específicamente entre sectores populares, los más afectados por la inflación y participantes de la “marcha federal”. Fueron encuestadas 555 personas que pertenecen a un nivel socioeconómico bajo y medio-bajo.

Se les preguntó a los participantes si les alcanzaban sus ingresos para llegar a fin de mes y los resultados confirman lo que seguramente muchos suponían: el 49% de los participantes dijo que no llega, el 37% aseguró que llega con lo justo y solo el 11% respondió que llega y además puede ahorrar.


Inflación por rubros. (Foto: Indec).

En una semana repleta de símbolos, datos e imágenes, este martes también se conoció el índice de salarios de marzo, que mostró una variación mensual del 7,4%. Aunque el índice general aumentó por encima de la inflación de dicho mes (6,7%), al desagregar los datos uno se encuentra con otra realidad. Los salarios del sector público crecieron 12,1% (impulsando hacia arriba el promedio general), mientras que los del sector privado registrado y no registrado crecieron bastante por debajo de la inflación (5,4% y 5,6% respectivamente). De hecho, los salarios del sector informal muestran una variación en los últimos 12 meses del 41,6%, es decir 13 puntos porcentuales menos que la inflación interanual de marzo.

Si el gobierno no logra controlar la inflación y los salarios del sector privado siguen corriendo a los precios por detrás (especialmente los salarios del sector informal y cuentapropistas, que no cuentan con el mecanismo de las paritarias), lo esperable es que la cantidad de personas que responden hoy que les cuesta llegar a fin de mes crezca. Esta es tan solo una fotografía que, considerando la dinámica destructiva actual, pronto puede quedar desactualizada.



Al ser consultados por la evaluación de la situación económica del país hoy respecto del año pasado y cómo suponen que estará el próximo año, en los sectores populares se percibe un fuerte malestar y pesimismo (que, sin embargo, no dista demasiado del pesimismo que muestran otros sondeos que se realizan entre sectores medios y medios altos). Tres de cada cuatro encuestados dijo que la situación del país hoy está peor o mucho peor que hace un año y dos de cada tres cree que en 2023 las cosas empeoraran aún más.
 

Este pesimismo se percibe también en otra dimensión. Le pedimos a los participantes que indicaran cómo imaginan el futuro económico de sus hijos. La mitad de los encuestados dijo que estarán en una peor situación (sin grandes diferencias entre el nivel socioeconómico bajo y medio bajo). Solo dos de cada diez personas cree que sus hijos estarán mejor económicamente.

Hay mayores diferencias al segmentar por voto. Los votantes de la oposición son más pesimistas. El 63% de los votantes de Juntos por el Cambio y el 69% de los votantes libertarios cree que sus hijos estarán peor económicamente.



Como correlato de esta realidad, hay una valoración mayoritariamente negativa respecto al accionar de los dirigentes políticos: el 84% cree que pocos o ningún político cumple con lo que promete y el 77% cree que pocos o ningún político escucha a la gente.
 


El que seguramente no escuchó el ruido de los manifestantes el jueves, aunque estos se reunieron precisamente frente a la Casa Rosada, fue el presidente Alberto Fernández, ya que se encontraba en una mini gira por Europa, de la que regresó ayer. Hace dos meses, el presidente le declaró la “guerra la inflación”, pero parece que se marcha cuando las batallas ya están perdidas.

 

Fuente:  https://tn.com.ar/politica/2022/05/14/marginalidad-y-precios-una-semana-que-refleja-la-realidad-argentina/

Twitter:  https://twitter.com/berensztein_/status/1525461744658878465?s=20&t=BT0s_jEQsy7kJzbmg2Jlyg