En el mercado prima la desconfianza con el Gobierno

OPINIÓN | Pese a la ratificación del triunfo opositor en las elecciones y el anuncio de que habrá acuerdo con el FMI podrían generar optimismo, está claro que por el momento continúan mirando al país con escepticismo.


El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán se reunieron recientemente con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en la Embajada Argentina en Roma. (Foto: Presidencia).

A pesar de la victoria electoral contundente de la oposición y de que el presidente Alberto Fernández anunció que enviará al Congreso el plan económico que se negocia con el FMI, el clima del mercado no ha cambiado. De hecho, algunas variables continúan deteriorándose. Las expectativas por el momento no mejoran, y el mercado se mantiene escéptico luego de atravesar por tantas frustraciones.

En el frente cambiario, los dólares financieros convergieron al valor de la cotización blue ($200), lo cual se vio motorizado por el fin de la intervención del Banco Central, que no está en condiciones de seguir quemando reservas. A su vez, el Riesgo País que el lunes siguiente a la elección había caído hasta los 1683 puntos, recuperó terreno y ya alcanza los 1750 puntos: el mismo valor que tenía antes de los comicios, es decir, el anuncio de que efectivamente habrá acuerdo con el FMI no cambio en nada.

Pero aún peor le fue a las acciones: desde los comicios del domingo hasta ayer, los ADR (acciones argentinas que cotizan en Nueva York) habían perdido aproximadamente un 10% de su valor medido en dólares.

El posible acuerdo con el FMI no alcanza para tranquilizar a los mercados

A pesar de que algunos preveían que la ratificación del triunfo de la oposición y el anuncio de que efectivamente habrá acuerdo con el FMI podrían generar una mejora relativa del clima pesimista que se vive en Argentina (o al menos cierta estabilización del tipo de cambio y del valor de los activos), está claro que por el momento el mercado continúa mirando a la Argentina con escepticismo: no solo desconfía del oficialismo, sino también de la capacidad y alcance que pueda tener la oposición.

Hasta ahora nada se conoce de los detalles del acuerdo, pero ya aparecen las dudas respecto a las peleas que podría suscitar dentro del Gobierno. En su anuncio del domingo, el presidente Fernández se encargó especialmente de aclarar que el acuerdo cuenta con el visto bueno de todos los sectores que integran el Frente de Todos, sin embargo esto deberá ser revalidado en el Congreso cuando se conozca la letra chica, que probablemente requiera una reducción de subsidios y, por lo tanto, algún tipo de sinceramiento tarifario.

¿Realmente avalará Cristina un aumento en las tarifas de los servicios públicos que al menos acompañe a una inflación del 50%? Dudas como estas son las que aún continúan sin respuestas. O incluso haciendo a un lado a Cristina Kirchner, los cuestionamientos sociales (ya sea por la eliminación de subsidios, o por las consecuencias inflacionarias de una corrección cambiaria) podrían generar tensiones que afecten o al acuerdo en sí o a su posterior cumplimiento.

Y más allá de la voluntad política que podría existir, muchos empresarios (los que en definitiva deben tomar decisiones de inversión para torcer el rumbo pesimista de la economía) descreen de la capacidad del equipo económico de diseñar e implementar un plan de estabilización integral y coherente.

Es decir, en el mejor de los casos, en el que realmente el compromiso del Frente de Todos sea el de impulsar un programa de estabilización, el éxito tampoco estaría asegurado, ya que se requiere de personal técnico muy calificado para lograrlo. Permitámosle el beneficio de la duda: si en el Frente de Todos existe un equipo económico de estas características, entonces por el momento lo mantienen escondido.

El pesimismo de esta semana nos dice mucho de lo que puede ocurrir, ya que pone de manifiesto que cualquier hipótesis minimalista respecto a lo que hace falta para que mejore el clima de negocios en Argentina queda descartada. Si luego del domingo nada ha mejorado, ni siquiera un ápice, entonces queda confirmado que el acuerdo con el FMI es definitivamente condición necesaria pero no suficiente.

 

Si el entendimiento con el organismo no está acompañado de un plan serio y consistente, que además se cumpla de manera estricta, entonces probablemente no exista una recuperación de los precios ridículamente bajos de los activos argentinos, ni tampoco una estabilización del mercado cambiario.

El nuevo escenario político establece un equilibrio en el Congreso entre oficialismo y oposición. Además, el caudal de votos que obtuvo Juntos por el Cambio le permitiría, en un escenario hipotético, estar cerca de un triunfo en primera vuelta en las presidenciales de 2023 (a solo tres puntos del 45% que se requiere para no depender de los votos del segundo).

Pero nada de esto genera confianza en los mercados, que independientemente de quien gobierne necesitaran pruebas concretas de que es posible encarar una agenda ambiciosa y transformacional. La elección no resolvió el malestar empresarial o económico en general, por el contrario, parece haber aumentado las dudas.

Ya no se trata solamente de un miedo a la radicalización de los sectores duros (que cuentan cada vez con menos poder), sino de una preocupación respecto a los desafíos concretos que Argentina tiene por delante.

 

Fuente: https://tn.com.ar/politica/2021/11/20/en-el-mercado-prima-la-desconfianza-con-el-gobierno/

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