El ex ministro votó por Cambiemos en el 2015. Ahora, su desafío es juntar desde Cristina Kirchner a Margarita Stolbizer.

Mauricio Macri y Roberto Lavagna no son dos desconocidos. Tampoco amigos, pero se vienen rondando desde hace mucho tiempo, se diría que por lo menos desde 2006, cuando el elegante guionista y periodista Luis Pico Estrada intentó el primer acercamiento entre ambos. Fue luego de que el economista dejara el gobierno de Néstor Kirchner y antes de que el por entonces líder de Compromiso para el Cambio llegara al Gobierno de la Ciudad.

En ese momento los diálogos no prosperaron y Roberto Lavagna se lanzó como candidato a presidente en alianza con el radicales en el 2007, compartiendo fórmula con Gerardo Morales. Macri no jugó nada en la elección nacional y puso todas las fichas en la competencia por la Ciudad de Buenos Aires, donde ganó. La alianza Una Nación Avanzada (UNA) apenas logró el 16.91% de los votos, colocándose por detrás  de la coalición que postuló a Lilita Carrió, que sacó el 23.05%. Cristina obtuvo la victoria con el 45.28%.

Pero en el 2013, Macri y Lavagna casi cierran un acuerdo. La primer reunión se hizo en diciembre de 2012 y Pico Estrada fue de nuevo el anfitrión, en su departamento de la calle San Martín. Eran tiempos cuando desde el poder se promovía la "Cristina eterna" y había movimientos precisos para lograr una reforma constitucional que la habilite para la "re-re". En esa comida no hablaron de candidaturas, pero sí dejaron equipos negociadores para lograr un acuerdo electoral para las elecciones de medio término donde, según Lavagna declaró entonces, se jugaba el destino del país.

¿La elección del 2019 será así?
¿La elección del 2019 será así?

Por el lado de Macri, el grupo estuvo integrado por Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña, Emilio Monzó y Humberto Schiavoni. Por el lado de Lavagna por Santiago Díaz Ortíz, Rodolfo Gil y Carlos Hourbeigt. Ambos equipos se reunieron varias veces, explorando la posibilidad de que el ex ministro de economía se postule en la boleta del PRO como candidato a senador, tal vez acompañando a Gabriela Michetti en la fórmula.

Las reuniones continuaron y parecían a punto de fructificar. Por esos días, se concretó la visita en el mismo día a la feria del campo Expoagro, el sector que el kirchnerismo había elegido como enemigo, y almorzaron en el restaurante VIP. La foto que acompaña esta nota, distribuida entonces por la prensa del PRO, refleja ese momento en que Macri y Lavagna estuvieron muy cerca de cerrar un acuerdo. Era marzo de 2013.

Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete de Macri, era el que llevaba la voz cantante y quien tenía mayor predisposición a una alianza. Peña, en cambio, secretario general del gobierno porteño, quien más se oponía a cualquier la posibilidad de una alianza y solo aceptaba la inclusión de Lavagna como candidato del PRO.

En abril las negociaciones continuaron y el resto del PRO estaba adaptándose a la idea de que Lavagna se incorporaría desde su propio espacio, cuando el 30 de abril el grupo viajó a Córdoba para los festejos del 1º de mayo en clave peronista y fue fotografiado con José Manuel de la Sota, Luis Barrionuevo y … Francisco De Narváez. Parece que Macri intuyó que la traición sobrevendría más temprano que tarde y se opuso a continuar con el diálogo. Ese mismo día, Rodríguez Larreta llamó a Hourbeigt para anunciarle que después de esa foto estaban terminadas las negociaciones.

El PRO hizo trascender entonces que las negociaciones fracasaron porque "Robert", como le dicen en la Casa Rosada, había pedido demasiados cargos en las listas. Es probable que haya sido así, porque para Lavagna juntarse con Macri era un mal trago que solo podía digerir con una buena dosis de pimienta.

Pero en el equipo del ex ministro lo niegan. "Hay que dejar claro el contexto. Sergio Massa todavía no había dicho que iba a ser candidato, y ya se habían realizado las grandes movilizaciones urbanas con las tendencias populistas del kirchnerismo. Lavagna no estaba especialmente interesado en ser senador y lo que quería era juntar fuerzas en contra de una eventual reforma constitucional", explican hoy.

Como sea, y a pesar de que nunca se volvieron a hablar, Lavagna declaró antes de la segunda vuelta de 2015 que "voy a votar por el espacio del cambio", sin mencionar a Macri, pero dejando bien claro que no votaría por Daniel Scioli, el candidato del Frente para la Victoria.

¿O la elección será así?
¿O la elección será así?

El equipo del ex ministro asegura que Macri, Peña, Nicolás Dujovne y hasta Lilita salen a criticar a Lavagna como un síntoma de "nervios y preocupación", porque el nivel de votos que  tiene el PRO ronda al 24% (lo que sacaron en las PASO del 2015), sacaron 34% en la primera vuelta cuando fueron como Cambiemos con el radicalismo y solo saltaron a 51.5% en la segunda vuelta, cuando fueron la única opción contra el populismo. "Ese 27.5% del electorado es clase media urbana que en estas elecciones puede votar por nosotros", aseguran.

En opinión del politólogo Sergio Berensztein, "el Gobierno subió al ring a Lavagna para dividir el voto opositor, que es la clave en este momento difícil, cuando están exigidos por consolidar su propia base". También reconoce que "es un candidato incomodo para la Casa Rosada, porque desde una posición moderada le habla bien al segmento de clase media que se alejó de Cambiemos en el último año y, fundamentalmente, porque cuando fue candidato a presidente ganó en la provincia de Córdoba, un distrito que fue vital para la victoria de Macri en el 2015".

Pero agrega algo más. Contrariamente a lo que opina el Gobierno, que asegura que la elección del 2019 será muy parecida a la del 2015, Berensztein considera que "es muy distinta, porque hay un nuevo actor con poder real dentro del peronismo, que son los gobernadores, esta vez  autónomos políticamente. El PJ juega con Cristina, pero se trata de un poder formal y cuasivacío".

Este actor, los gobernadores peronistas, esperaban tener un acuerdo más sólido con el Gobierno nacional que asumió en el 2015. Ahora, le dijeron a Lavagna a través de Juan Schiaretti que quieren que compita en las PASO de Alternativa Federal, a lo que nuevamente se negó, esperando consolidar su candidatura por fuera de cualquier espacio que lo limite en su propia construcción, que podría incluir a varios partidos provinciales, al socialismo santafesino, al GEN de Margarita Stolbizer,  incluso al radicalismo, o a una parte de él.

Cómo seguirá la película, todavía es difícil saberlo. En principio, solo algo parece claro: si Cristina es candidata, la oposición correrá dividida; pero si no lo es, si ella da un paso al costado y resigna su postulación, las ventajas de un peronismo ampliado se agigantanhasta la posibilidad de un triunfo y Lavagna podría ser la figura convergente de las más variadas vertientes políticas, desde Luis Barrionuevo hasta Héctor Daer, desde Eduardo Duhalde hasta Miguel Lifschitz, desde Luis Barrionuevo hasta Héctor Daer, desde Schiaretti hasta Gildo Insfrán, desde Guillermo Moreno hasta Marcelo Tinelli, desde Cristina hasta Margarita.

Si el experimento funciona o no, será a medida de la crisis. Infobae quiso saber si Lavagna podría tener plata para hacer la campaña. "Lo que yo aprendí es que cuando hay un buen candidato, la plata aparece aún en los momentos en que no hay", aseguró un experto en campañas. Las cartas aún no están echadas. El partido recién está empezando y ningún jugador quiere mostrar las suyas.

Por SIlvia Mercado.
Fuente: https://www.infobae.com/opinion/2019/03/24/macri-lavagna-una-historia-de-encuentros-y-desencuentros/